Esta cita del experto en diseño de la información Edward Tufte, es una declaración de guerra a la hemonía de PowerPoint como soporte informativo mayoritario en escenarios empresariales y educativos.
Ciertamente la proliferación del estilo comunicativo PowerPoint, cuyo origen se encuentra en una aplicación creada en 1984 y luego adquirida por Microsoft destinada a las presentaciones de empresa, ha invadido plenamente los ámbitos académicos, científicos y educativos condicionando tanto la calidad de la información presentada como el mismo acto comunicativo. Y es que Tufte, en su ensayo "The Cognitive Style of PowerPoint", afirma que PowerPoint eleva el formato sobre el contenido y proyecta una "actitud mercantilista" por su tendencia a transformarlo todo en una "plataforma de ventas".
Para Tufte, los estándares de una presentación formal consisten en que el presentador hable sobre una serie de puntos que aparecen ordenados linealmente en diapositivas o slices y que van apareciendo delante de los espectadores conforme la exposición del tema avanza. Según esto, PowerPoint se estaría utilizando como una especie de guión personal que el presentador comparte con el resto de la audiencia. Tufte afirma que este uso del programa no es más que una evidencia de que PowerPoint está orientado más al presentador que a la audiencia y por supuesto nada orientado al contenido que se pretende mostrar. Esto es lo mismo que decir que lo que realmente importa a la hora de presentar un contenido no es el contenido mismo o el intercambio de ideas entre presentador y audiencia sino el hecho mismo de "verter" una serie de datos sobre los oyentes. Si trasladamos esto al contexto educativo vemos que, en lugar de observar la educación como un proceso dialógico y verdaderamente comunicativo, este modelo consideraría al educando como sujeto pasivo ignorante
que ha de memorizar y repetir los contenidos que se le inculcan por el
educador; el absoluto poseedor de verdades únicas e inamovibles.
¿Nos suena la imagen? Se trata de una ilustración del libro de Mario Kaplun, "Una Pedagogía de la Comunicación" |
El modelo comunicativo es, como vemos, eminentemente unidireccional con todos los condicionantes comunicativos que ello supone. Día a día podemos ver cómo en las aulas del siglo XXI se está enmascarando la vieja pedagogía (que Freire calificaba de opresora) encargada de depositar contenidos en los educandos, bajo la pátina de innovación tecnológica (que no humana), que supone utilizar un proyector o pizarra digital donde desfilan coloridas diapositivas.
Pero no solo el ámbito educativo, del cual a menudo se dice que es de los entornos que menos han evolucionado en los últimos años, se acusa esta unidireccionalidad comunicativa. Tufte nos cuenta que el estilo PowerPoint es una constante también en las comunicaciones gubernamentales (al menos en los EEUU) y en ciertos entornos científicos. Para Tufte, PowerPoint se utiliza en estos ámbitos más para persuadir que para dar detalles de tipo técnico. Las presentaciones lineales llenas de puntos que ofrece este software favorecen la visión fragmentaria y parcial de los hechos, más que constituir un material de análisis y discusión.
En contrapartida Tufte considera que la forma más adecuada de presentar información de tipo técnico (como un seminario en el ámbito académico o una reunión de empresa), sería la de repartir previamente a la audienciencia un documento escrito donde se reflejaran todos los datos al comienzo de la sesión para que, una vez leido, se pudiera dar paso al debate y a la discusión de los mismos. De esta forma se le daría a la audiencia al menos la posibilidad de digerir la información, por lo que sería más facil que se produjera el diálogo lo cual es más dificil que ocurra cuando se le bombardea constantemente con diapositivas que pasan rápidamente sin permitir procesamiento ninguno. La mayoría de las veces PowerPoint es un "arma de distracción masiva", para una audiencia que no tiene palabra ni opinión alguna.
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Con sentido del humor Tufte compara la hegemonía de PowerPoint con la dictadura de Stalin; está en todos los ámbitos y parece que nadie es capáz de cuestionarlo. |
Pese a todo lo dicho el estilo PowerPoint goza aún hoy día de muy buena salud proliferando los sitios como SlideShare donde los usarios pueden compartir presentaciones de todo tipo y en todos los ámbitos (aunque predominan claramente las de contenido educativo), para Tufte esta tendencia a pasar todo la información por el tapiz de este software va en detrimento de nuestras hablidades comunicativas:
“Imagínense un medicamento muy costoso que promete hacernos hermosos, pero no lo hace. Y que a su vez produce graves efectos secundarios: nos transforma en estúpidos y pedantes, nos hace perder tiempo y degrada nuestra forma de comunicarnos. Sin duda esa droga sería retirada del mercado. Y, aún así, hoy en día el uso de los programas de presentación con diapositivas es omnipresente”.
Con estas palabras comenzaba Tufte un artículo de la revista Wired el cual concluye diciendo:
“PowerPoint es una buena herramienta para proyectar diapositivas. Pero, en lugar de complementar las presentaciones, se ha convertido en sustituto de estas, e ignora la más básica de las reglas de un orador: respetar a la audiencia.”
Y es que no solo PowerPoint constituye una herramienta más para imponer una visión personal acentuando la dominancia del orador sobre la audiencia, también supondría un deterioro del razonamiento verbal y espacial pues proporciona una estructura poco flexible a la cual debemos amoldar nuestros pensamientos. De esta manera el software condicionaría nuestros esquemas mentales fomentando la linealidad (nuestro pensamiento es todo menos lineal, constantemente asociamos ideas, se parecería más a la estructura de un árbol) y promoviendo la fragmentación de las ideas.
PowerPoint es una herramienta ideal para ver diapositivas, una foto detrás de otra, pero es absolutamente inutil para darnos una visión de conjunto de una idea, concepto o problema. Otras herramientas para hacer presentaciones como Prezi son muchísimo más útiles para establecer relaciones entre conceptos por permitir la focalización en un punto determinado o la visión en perspectiva de un conjunto mediante movimientos de "cámara" mucho más intuitivos (efectos de zoom, desplazamientos de cámara, incorporación de elementos multimedia, etc..)
Como docentes, es hora de que abandonemos el rol de orador que reparte información a una audiencia pasiva. Cuando Louis Gerstner, el empresario norteamericano que fue llamado a hacerse cargo de la agonizante IBM a principios de los 90, tomó contacto con las estrategias comunicativas de su nueva empresa, se dio cuenta que estaba dominada por una serie de absurdos rituales de presentación de data. Para Gerstner, los empleados se parapetaban detras de un ingente número de diapositivas cada vez que había una reunión de empresa. Parecía como si PowerPoint mediatizara todas las reuniones y no hubiera una forma de comunicación directa entre los miembros del equipo. Gerstner, en su primera reunión como Director Ejecutivo de IBM se atrevió a desconectar el proyector, a mirar cara a cara a sus empleados y a decir; "Let's just talk about your business." Con solo este gesto cambió la estrategia comunicativa de una empresa que, en palabras de Gerstner, estaba totalmente balcanizada, para empezar a remontar y salvarla de la bancarrota.
El ejemplo de IBM no es muy pertinente (sobre todo sabiendo la suerte que más tarde corrió la empresa ) pero nos da una idea de cómo en ocasiones nos movemos por la inercia, la fuerza de la costumbre que nos lleva a cometer los mismos fallos una y otra vez. En la escuela puede que tengamos ahora herramientas diferentes pero parece que las usamos de la misma forma, parece que todavía hay un sujeto que habla y muchos que escuchan (o quizá no porque no les interesa lo que habla el que nunca escucha). Lo cierto es que a veces hay que parar, respirar hondo y preguntarse el por qué de esta absurdo vertido de información. ¿Es realmente relevante? ¿Interesa? ¿Cumple con las espectativas del que escucha? ¿Ayuda a solucionar problemas generales o específicos?.
La "powerpointización" ha deshumanizado las presentaciones, ha condicionado y puesto barreras más que facilitar la comunicación entre personas y en las aulas ha servido de soporte para la clase magistral. Aparte de Tufte, muchos otros han reaccionado frente esta forma de comunicación tan fria y poco efectiva. En Suiza ha surgido el Anti PowerPoint Party que defiende lo siguiente:
"We do not want to abolish PowerPoint*; we only want to abolish the PowerPoint*-CONSTRAINT. We want that the number of boring PowerPoint* presentations on the planet to decrease and the average presentation to become more exciting and more interesting."
Con grandes dosis de sentido del humor este grupo plantea una vuelta a las presentaciones donde el factor humano juegue un papel mucho más relevante, donde ningún software sea capaz de condicionar la comunicación entre iguales.
“Imagínense un medicamento muy costoso que promete hacernos hermosos, pero no lo hace. Y que a su vez produce graves efectos secundarios: nos transforma en estúpidos y pedantes, nos hace perder tiempo y degrada nuestra forma de comunicarnos. Sin duda esa droga sería retirada del mercado. Y, aún así, hoy en día el uso de los programas de presentación con diapositivas es omnipresente”.
Con estas palabras comenzaba Tufte un artículo de la revista Wired el cual concluye diciendo:
“PowerPoint es una buena herramienta para proyectar diapositivas. Pero, en lugar de complementar las presentaciones, se ha convertido en sustituto de estas, e ignora la más básica de las reglas de un orador: respetar a la audiencia.”
Y es que no solo PowerPoint constituye una herramienta más para imponer una visión personal acentuando la dominancia del orador sobre la audiencia, también supondría un deterioro del razonamiento verbal y espacial pues proporciona una estructura poco flexible a la cual debemos amoldar nuestros pensamientos. De esta manera el software condicionaría nuestros esquemas mentales fomentando la linealidad (nuestro pensamiento es todo menos lineal, constantemente asociamos ideas, se parecería más a la estructura de un árbol) y promoviendo la fragmentación de las ideas.
PowerPoint es una herramienta ideal para ver diapositivas, una foto detrás de otra, pero es absolutamente inutil para darnos una visión de conjunto de una idea, concepto o problema. Otras herramientas para hacer presentaciones como Prezi son muchísimo más útiles para establecer relaciones entre conceptos por permitir la focalización en un punto determinado o la visión en perspectiva de un conjunto mediante movimientos de "cámara" mucho más intuitivos (efectos de zoom, desplazamientos de cámara, incorporación de elementos multimedia, etc..)
Como docentes, es hora de que abandonemos el rol de orador que reparte información a una audiencia pasiva. Cuando Louis Gerstner, el empresario norteamericano que fue llamado a hacerse cargo de la agonizante IBM a principios de los 90, tomó contacto con las estrategias comunicativas de su nueva empresa, se dio cuenta que estaba dominada por una serie de absurdos rituales de presentación de data. Para Gerstner, los empleados se parapetaban detras de un ingente número de diapositivas cada vez que había una reunión de empresa. Parecía como si PowerPoint mediatizara todas las reuniones y no hubiera una forma de comunicación directa entre los miembros del equipo. Gerstner, en su primera reunión como Director Ejecutivo de IBM se atrevió a desconectar el proyector, a mirar cara a cara a sus empleados y a decir; "Let's just talk about your business." Con solo este gesto cambió la estrategia comunicativa de una empresa que, en palabras de Gerstner, estaba totalmente balcanizada, para empezar a remontar y salvarla de la bancarrota.
El ejemplo de IBM no es muy pertinente (sobre todo sabiendo la suerte que más tarde corrió la empresa ) pero nos da una idea de cómo en ocasiones nos movemos por la inercia, la fuerza de la costumbre que nos lleva a cometer los mismos fallos una y otra vez. En la escuela puede que tengamos ahora herramientas diferentes pero parece que las usamos de la misma forma, parece que todavía hay un sujeto que habla y muchos que escuchan (o quizá no porque no les interesa lo que habla el que nunca escucha). Lo cierto es que a veces hay que parar, respirar hondo y preguntarse el por qué de esta absurdo vertido de información. ¿Es realmente relevante? ¿Interesa? ¿Cumple con las espectativas del que escucha? ¿Ayuda a solucionar problemas generales o específicos?.

La "powerpointización" ha deshumanizado las presentaciones, ha condicionado y puesto barreras más que facilitar la comunicación entre personas y en las aulas ha servido de soporte para la clase magistral. Aparte de Tufte, muchos otros han reaccionado frente esta forma de comunicación tan fria y poco efectiva. En Suiza ha surgido el Anti PowerPoint Party que defiende lo siguiente:
"We do not want to abolish PowerPoint*; we only want to abolish the PowerPoint*-CONSTRAINT. We want that the number of boring PowerPoint* presentations on the planet to decrease and the average presentation to become more exciting and more interesting."
Con grandes dosis de sentido del humor este grupo plantea una vuelta a las presentaciones donde el factor humano juegue un papel mucho más relevante, donde ningún software sea capaz de condicionar la comunicación entre iguales.