domingo, 12 de enero de 2014

La naturaleza formativa de las imágenes: La arquitectura de la memoria

Allan Paivio, al explicarnos su teoría del procesamiento dual en la que nos habla del enorme papel que la información gráfica juega en los procesos cognitivos, señala la importancia que han tenido las imágenes a lo largo de la historia como recipientes del conocimiento.
Según Paivio, las imágenes han servido a la memoria desde hace algo más de 2500 años. El arte de la nemotecnia floreció en la cultura grecorromana y no eran pocas las técnicas memorísticas que empleaban imágenes. Este arte de la memoria se cree que fue desarrollado en un principio por el poeta griego Simónides de Ceos como una forma de idear un método para recordar largos discursos orales. El método creado se basaba principalmente en  visualizar o situar mentalmente en los distintos lugares de un templo conocido por el expositor las distintas partes del discurso trazando un itinerario según el orden requerido.
Los alfabetos visuales que se utilizan hoy en día en el aprendizaje de la lecto-escritura a niños son herederos de dichas técnicas. Pero es sobre todo en el Renacimiento cuando se experimenta un verdadero interés por el llamado "arte de la memoria". Los alfabetos visuales eran solo uno de los diferentes procedimientos que se basaban en el poder evocador de las imágenes.
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Alfabeto visual renacentista donde las imágenes contienen a la letra escrita
Estas técnicas memorísticas tenían su origen en las escuelas  de Retórica. Uno de los procedimientos más comunes eran las láminas formadas por una serie de imágenes “ubicadas” en un determinado “lugar”, de manera que quedasen “impresas” en la memoria. La manera más habitual de “ordenar en un lugar” esas imágenes era mediante láminas de tipo arquitectónico, de manera que los contenidos teóricos se ubicaban y ordenaban en cada una de las estancias de un edificio, a modo de esquema visual. Como vemos esta técnica era deudora de las primeros procedimientos nemotécnicos utilizados por Simónides de Ceos y será posteriormente desarrollada por Cicerón en el método denominado Loci o asociación de la información a una serie de lugares determinados. Por lo tanto se incide en la importancia de estructurar espacialmente los conocimientos otorgándoles un orden que facilite su asimilación y memorización lo que lo relaciona con la contemporaneidad de las teorías cognitivistas y constructivistas.

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Las imágenes nemotécnicas pretendían que el lector recordase gran cantidad de información mediante las relaciones entre las difrentes imágenes representadas. Imagen del Hexastychon de Sebastián Brant, método nemotécnico para memorizar los evangelios.
Paivio recuerda la importancia que tuvo el pensador renacentista Giordano Bruno como compilador de la tradición nemotécnica clásica al servicio del conocimiento. De hecho su obra "Ars  memoriae" pretende ser una arquitectura de la mente para saberlo todo, para tener disponible todo el saber del mundo. Bruno recoge la tradición nemotécnica clásica de las imágenes ordenadas espacialmente para evocar en la mente del espectador una serie de datos. De esta forma el lector "navegará" a través de las imágenes que le irán mostrando de forma secuencial su contenido. En este caso, el acto de leer las imágenes lleva implícito cierto carácter tanto de narración temporal (de una imagen se salta a la otra y así sucesivamente), como espacial (las imágenes están dispuestas en diferentes espacios aunque interrelacionadas entre sí).
Este método formativo basado en imágenes se ve también en el tratado utópico "La ciudad del sol" del filósofo italiano del s.XVI-XVII Tomasso Campanella. En esta obra nos describe una ciudad ideal cuyos habitantes eran formados desde la infancia mediante una serie de imágenes que decoraban los muros de la misma. Se trataba de una inmensa enciclopedia basada en imágenes ordenadas que guiaban a través de una serie de senderos prefijados.

"Visualizing in this manner promotes a quicker, easier and more efficient form of learning, in that it is connected to the art of memory, which underlines the evocative and emotive power of images. From a tender age children run around in this theater of knowledge, appropriately guided and following correct itineraries, so that they learn joyously, as if playing a game, without effort or pain."

Como vemos se trataría de una inmensa infografía que decoraba los muros de la ciudad y que estaba destinada a la formación de la sociedad ideal que describe Campanella.
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La ciudad del sol de Campanella, cuyos muros estaban decorados con imágenes de finalidad formativa, sirvió como inspiración de las ciudades ideales posteriores como los falansterios en cuyo diseño formal influyó notablemente.


Como vemos, muchos han sido los pensadores que han apelado al poder de las imágenes como contenedores de conocimiento, de hecho estas técnicas nemotécnicas fueron muy populares en los entornos académicos del pasado. Para una información más exhaustiva sobre los diferentes pensadores que han desarrollado a lo largo de la historia, métodos memorísticos o de conocimiento basados en imágenes se recomienda visitar el blog ISEO.

La historia nos muestra que las imágenes siempre han sido un recurso de conocimiento a la misma altura que el lenguaje oral y el escrito. Posiblemente el platonismo imperante en la cultura occidental haya desplazado a las imágenes al papel de meros accesorios subsidiarios del lenguaje escrito. Lo cierto es que un discurso basado principalmente en imágenes conlleva una serie de atributos de los que carece el lenguaje textual. Es una forma de poner en funcionamiento ambos hemisferios cerebrales; el izquierdo racional que es capaz de fijar los lugares y las figuras presentadas, y el derecho, facilitando una vía abierta a las emociones.

Por lo tanto, cuando hablamos de infografía, podemos ahora pensar en una tradición cultural que hunde sus raíces en las mismas bases de la cultura occidental, una tradición que lejos de estar al servicio de la retórica y de una vana erudición se erige como una forma de estructurar el conocimiento, una arquitectura del saber.

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