Difícilmente podemos encontrar una vieja fotografía de aquellas escuelas del s.XX donde no apareciera un mapa sirviendo de fondo. Ciertamente la imagen de ciertos mapas geográficos está indisolublemente ligada a la escuela como institución encargada de transmitir información específica a los educandos. No hablaré en este post de la historia de la cartografía, ni siquiera de la repercusión que ciertas representaciones cartográficas cargadas de intencionalidad ideológica han tenido en nuestra percepción del mundo desde edad muy temprana. Trataré en cambio de hacer un breve recorrido a través de aquellos personajes o movimientos que han utilizado recursos gráficos para mejorar la transmisión de la información. Hablaré de aquellos pioneros de lo que hoy se conoce como data visualization.
La necesidad de dar forma visual a los datos para así hacerlos comprensibles a una audiencia determinada es un fenómeno mucho más antiguo de lo que releva este reciente interés por la visualización de información y que podemos observar en ámbitos como el periodismo, la estadística o el mundo de los negocios. Con las nuevas tecnologías es sabido que ha aumentado la cantidad de datos que producimos y almacenamos, de la misma manera han aumentado las herramientas digitales que nos permiten interpretar y manipular dichos datos. No es extraño por lo tanto que el fenómeno de la visualización de información parezca indisolublemente ligado al mundo de las nuevas tecnologías. Como indica MediaLab Prado, “La visualización de la información es una disciplina transversal que utiliza el inmenso poder de comunicación de las imágenes para explicar de manera comprensible las relaciones de significado, causa y dependencia que se pueden encontrar entre las grandes masas abstractas de información que generan los procesos científicos y sociales”.
Pues bien, este deseo de hacer comprensible una información o una idea determinada por medio de los recursos gráficos ya lo estaba en el trabajo de autores como William Playfair (1759-1823), analista económico, político escocés y padre de la estadística gráfica. A él se le debe la invención de los diagramas más usados en la representación gráfica de datos como el diagrama de puntos y líneas, el diagrama de barras y el gráfico circular. A partir del trabajo de este polifacético autor, influido por el racionalismo de la Ilustración, la humanidad dio un salto conceptual importante al codificar datos cuantitativos en forma de elementos gráficos.
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Uno de los primeros gráficos circulares de la historia en una obra de Playfair y muestra las proporciones del imperio turco en Asia, África y Europa. |
Como apunta Cairo (2011:142), la obra de Playfair "The Commercial and Political Atlas" publicado 1786 es, como su propio nombre indica, un atlas en toda regla aunque no incluya ni un solo mapa geográfico. El libro contiene en cambio una serie de gráficos que, según el propio Playfair, ayudan a abreviar y a facilitar la transmisión de información. Pero su método no solo perseguía la representación gráfica de cifras sino que pretendía visualizar los procesos y tendencias resultantes. Como vemos, este concepto se acerca bastante a la definición de visualización que antes citábamos, destinada a revelarnos la historia que se dibuja a través de los datos y que es imposible ver únicamente mediante las frías cifras. De la misma manera se simplifica lo complejo permitiendo al cerebro una mayor retención. Por último, los gráficos nos permiten ver relaciones aparentemente inexistente entre variables, que suelen quedar ocultas entre la multitud de datos y cifras, de difícil comparación de otro modo.
Contemporáneo de Playfair fue Joseph Priestley, otra personalidad polifacética a caballo entre dos siglos, naturalista descubridor del oxígeno así como filósofo, teólogo y también pionero de la visualización. Su aportación fundamental a la representación gráfica de la información fue "A Chart of Biography" publicada en 1765. Se trataba de una de las primeras líneas del tiempo de la que se tiene noticia (, quizá inspirada en los diagramas de barras de Playfair. En ella se podían ver una serie de líneas horizontales de color negro que representaban la vida de más de dos mil personajes ilustres siendo la longitud de cada línea proporcional a una vida. El eje horizontal es cronológico comenzando en el 1200 a.C. extendiéndose hasta el 1750 d.C. El eje vertical divide a los personajes en seis categorías, identificadas con diferentes colores; políticos, filósofos, matemáticos, artistas, oradores e historiadores (Cairo, 2011:150). La publicación de esta gráfica fue un enorme éxito por lo que Priestley se embarcó en un nuevo proyecto "A New Chart of History" donde pretendía visualizar el surgimiento, progreso, extensión y duración de los imperios más relevantes que habían surgido en la historia.
Las obras de Priestley nacieron de la frustración que a éste le suponía el hecho de que los textos de historia no fueran capaces de ofrecer una imagen global de la misma. La palabra escrita era insuperable para ofrecer detalles y matices pero fracasaba estrepitosamente para dar una visión de conjunto que nos permitiera poner en relación múltiples hechos históricos de forma simultánea. Este cuestionarse el uso exclusivo de la palabra escrita como forma de transmitir la información supone una constante en la obra de estos pioneros de la visualización así como la necesidad de utilizar recursos gráficos para hacer comprensible al público una cantidad considerable de datos. Como señalaba Priestley:
I should not hesitate to say that a more perfect knowledge of this kind of history may be gained by an hour´s inspection of this chart, than could be acquiered by the reading of several weeks. (Headrick citado en Cairo, 2011:150)
La pionera de la enfermería moderna así como estadista británica Florence Nightingale, desarrolló los modelos de Playfair para introducir nuevas dimensiones. De esta forma surgió el gráfico conocido en estadística como diagrama de área polar o de rosa Nightingale y que es equivalente al moderno diagrama circular. Es célebre su "diagrama de las causas de la mortalidad del ejército en el Este" realizado para intentar mostrar a los miembros del parlamento británico y a funcionarios civiles, la verdadera magnitud del desastre sanitario resultante de la guerra de Crimea, para así facilitar la comprensión de los hechos a aquellos que tuvieran especial dificultad de entender datos estadísticos.
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Este gráfico sirvió para hacer "ver" a la audiencia cómo la mejora de la higiene influía directamente en la reducción de la mortalidad |
En realidad se trataba de hacer gráficos con el propósito de comunicar una idea determinada, no para analizar datos. Las cifras carecen de color, de dimensión ideológica o emotiva, sin embargo los gráficos pueden constituir toda una declaración de intenciones.
El trabajo de Nightingale en el área del análisis estadístico le valió su entrada en la Royal Statistical Society británica, siendo la primera mujer en hacerlo. Así mismo logró alcanzar la consideración como miembro honorario de la American Statistical Association.
Contemporáneo a Nightingale fue el médico inglés y precursor de la epidemiología John Snow. En 1854 Snow elaboró un mapa que reflejaba las muertes producidas por cólera en el barrio londinense del Soho. Mediante métodos geográficos Snow quería hacer ver la relación existente entre la enfermedad del cólera y ciertos pozos de agua. Puntos negros situados en un mapa del barrio del Soho representaban las bajas que había causado la enfermedad así como las cruces representaban los pozos de agua. Mediante este gráfico Snow pudo demostrar su teoría de que la enfermedad se transmitía a través de las aguas contaminadas echando así por tierra la teoría miasmática o anticontagiosa.
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El mapa de Snow pone en relación los lugares con las muertes producidas pudiéndose ver cómo coinciden con el lugar donde se encuentran los pozos |
El ingeniero francés Charles-Joseph Minard se considera también como uno de los pioneros de los gráficos informativos. Minard realizó gran cantidad de mapas, la mayoría de ellos constituyen lo que hoy denominamos "diagramas de flujo" y tienden a representar el movimiento de personas o bienes comerciales por medio de líneas cuyo grosor es proporcional a la cantidad codificada.
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"Mapa figurativo de las sucesivas pérdidas de hombres de la Armada Francesa en la campaña de Rusia 1812-1813"
El gráfico de Minard que se presenta en la imagen de arriba fue considerado por Edward Tufte como el mejor de todos los tiempos. El grosor de las líneas representa el tamaño de cada contingente (cada milímetro equivale a diez mil soldados), la línea clara representa la marcha de Napoleón hacia Moscú mientras la línea negra presenta la retirada. En este gráfico no solo se representa el dramático descenso del ejército napoleónico sino que aparecen referencias geográficas del camino emprendido así como las temperaturas extremas que sufrieron los soldados a lo largo del recorrido.
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Como hemos podido ver hasta ahora, los pioneros de la visualización creaban sus datos con la finalidad de hacer comprensibles hechos complejos (el caso de las líneas del tiempo de Priestley), para visualizar patrones o tendencias (las gráficas de Playfair y los mapas de Minard) o para demostrar una idea determinada (el mapa de Snow y los gráficos de Nightingale). Detrás de todos estos ejemplos había por supuesto cierta finalidad pedagógica, pues trataban de causar impacto en la memoria del espectador provocando una especie de "insight", un darse cuenta de una realidad que de otra forma estaba escondida. Sin embargo ninguno de estos pioneros se había planteado de forma sistemática utilizar la visualización gráfica como una manera eficaz de educar a individuos.
En la primera mitad del s.XX el economista y filósofo austríaco Otho Neurath se ocupará de otorgar a los gráficos una cualidad formativa que trascienda las barreras idiomáticas. Neurath pertenecía al Círculo de Viena, un grupo de intelectuales relacionados con el positivismo lógico, una especie de síntesis de racionalismo matemático y empirismo. Para Neurath, profundamente influenciado por el marxismo, la ciencia debía promover un cambio hacia una sociedad más justa y equitativa. Dicho cambio pasaba por la alfabetización de los individuos para así eliminar la enorme brecha existente entre los ciudadanos educados y los no educados.
Para Neurath el conocimiento matemático y abstracto podía ser transmitido de forma simple y asimilado por cualquier persona independientemente de su origen social, cultura, nivel educativo o edad, con este fin desarrolló un sistema de comunicación basado en pictogramas cuyo objetivo era "la humanización del conocimiento" y la superación de las barreras culturales y linguísticas (Cairo, 2011:84). Dicho sistema se denominó ISOTYPE (International System of TYpographic Picture Education) aunque también fue conocido en un principio como "Wiener Methode der Bildstatistik". La simplicidad de sus gráficos, probablemente inspirados en la escritura egipcia, facilitaría a cualquier persona la comprensión de los mensajes codificados. En la autobiografía profesional de Neurath, titulada From Hieroglyphics to Isotype, declara las intenciones absolutamente pedagógicas de su método:
"We tried to evolve a new type of exhibition to attract the masses immediately. The subject of the exhibition should be serious but it should be combined with a charm and direct appeal to everybody. As many people should be persuaded to visit it as would go to some public show of purely entertainment value. Education has to compete with entertainment (...) It would be dangerous if education were to become a purely occupational matter and something boring in itself." (Cairo, 2011:85)
Parece que hay algo muy contemporáneo en este interés de Neurath por acercar la educación a una experiencia que participase del interés que provocaba en las masas los emergentes medios audiovisuales. Ciertamente, la sociedad occidental de la década de los años 20 y 30 se veía terriblemente atraída por el cine, igualmente estaban en pleno desarrollo los nuevos lenguajes de comunicación gráfica gracias al trabajo de los artistas de vanguardia que trabajaron y se formaron en torno a escuelas como la Bauhaus de Weimar. En esta época se forjan las disciplinas del diseño gráfico y editorial que impulsaban emergentes formas de comunicación basadas en el lenguaje gráfico.
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El sistema ideado por Neurath permitía al espectador comparar con un solo golpe de vista cantidades así como entender procesos. |
Mediante un equipo multidisciplinar formado por científicos y matemáticos, como Marie Reidermeister, ISOTYPE se encargaba de adaptar los datos verbales y numéricos de los documentos escritos para transformarlos en diagramas que eran acabados por artistas como Gerd Arntz. En la estética reduccionista de dichos gráficos se acusaba la influencia del constructivismo ruso, con figuras geométricas arquetípicas y colores planos. En total se hicieron unos 1.140 pictogramas que, reproducidos mediante bloques de línea tipográfica de imprenta a la altura del tipo, servían para comunicar todo tipo de mensajes de manera no verbal. ISOTYPE generó una sintaxis pictográfica (un sistema de imágenes conectadas que crea una estructura ordenada y un significado) que sirvieron para establecer las convenciones de la comunicación visual. Este movimiento fue decisivo para el desarrollo de sistemas universales de lenguaje visual usados en sanidad o educación así como el amplio uso de pictogramas en los sistemas de señalización (Meggs y Purvis, 2009:327). La influencia de ISOTYPE fue decisiva para el desarrollo de sistemas integrados de identificación visual como los que surgieron en torno al trabajo de Olt Aicher que desarrolló los convencionalismos del sistema pictográfico actual.
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Pictogramas desarrollados por Olt Aicher en la década delos 70 para el aeropuerto de Frankfurt. Dichos pictogramas fueron adoptados como un estándar internacional. |
La década de los 30 del pasado siglo que asistió al desarrollo de las bases del lenguaje pictográfico con ISOTYPE también supuso el nacimiento del concepto de mapa moderno. En 1933 el delineante británico Henry C. Beck presentó una propuesta de diseño del mapa del metro de Londres que, en lugar de fidelidad geográfica, ofrecía una interpretación diagramática de las líneas, paradas y enlaces que los pasajeros podían tomar. Este diseño suponía un salto conceptual importante en el mundo de la cartografía ya que obviaba la información no relevante (la localización en la superficie) para centrarse en lo esencial para el usuario (cómo ir de un lugar a otro). Al simplificar el intrincado trazado del metro y limitar la información que ofrecía a la estrictamente necesaria mediante un código de colores, el plano ganó en legibilidad y comprensión y, por ello, fue rápidamente imitado en todo el mundo.
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